miércoles, 13 de marzo de 2013

CRISALIDA_09: COLOREANDO LA PIEL


Hoy os voy a seguir hablando del proceso de creación de la crisálida.

Si no sabéis aún de qué va esto os dejo con algunas entradas anteriores para que no perdáis ripio:


Ahora que estáis al día, ya sabéis que todo ha acabado derivando a una “piel” que envuelve unas cuantas estancias de la casa, quedando los cuartos húmedos y el dormitorio principal en la parte interna y el resto de las estancias en la parte externa de la crisálida.

Para hacerla real y potente de una forma fácil decidimos empezar a concretar colores (los materiales vinieron después), imaginándolo todo de forma abstracta, como en bloques de color.

Puesto que es un poco difícil de entender el concepto y además visualizarlo en el plano, os añado un esquema antes de empezar con las explicaciones:

Para el exterior de la piel de la crisálida elegimos el verde como color más representativo en éste caso y para el interior de la piel estábamos indecisos, no sabíamos si interpretarlo jugando con los colores de las alas de alguna especie de mariposa mediante mosaicos o bien elegir el rojo como representación del interior del ser, de sus entrañas. Así que lo dejamos un poco en el aire para ver qué materiales había disponibles que pudieran recrear lo que queríamos.

Tengo que aclarar que sólo tratamos como interior de la piel la parte interna de la pared que está señalada en la imagen, aunque para que fuese más contundente y literal con respecto a la idea, el color del interior de la zona de piel debía abarcar todos los paramentos de las estancias delimitadas, pero, al ser concebido con colores tan potentes y vivos, decidimos que la idea se quedase sólo en el paramento limitador proporcionando todo el protagonismo a la piel en sí, el resto lo neutralizaríamos en blanco para aportar luminosidad tanto en las estancias que dan al patio, (ya que apenas entra luz al ser un primero) como en el resto de habitaciones para potenciar la luz que entra de la calle.

Para enriquecer un poco más el tema de la metáfora de la crisálida se me ocurrió que podíamos jugar con la luz-oscuridad, desde la entrada hasta el salón degradando el pasillo en colores grises, pasando del negro absoluto en la entrada (que ya de por sí es oscura) a el blanco luminoso del salón, creando así una especie de símil con el camino que recorremos en la vida, y el renacer de la mariposa desde la penumbra de la pupa.

En el aire revoloteando había más ideas, como poner el suelo en un color neutro (posiblemente gris) para seguir dando todo el protagonismo a la piel, y aportar un toque cálido en la pared larga del salón utilizando madera para “apoyar” de alguna forma visualmente la crisálida con una textura natural de por sí.

Así que en resumidas cuentas, los colores que teníamos en mente eran:
VERDE: exterior de la piel.
MOSAICO DE COLORES o ROJO: interior de la piel. 
BLANCO: resto de paramentos que no fuesen piel excepto la entrada.
GRISES Y NEGRO: degradado del pasillo y entrada. Suelo en general posiblemente.
MADERA

Como veis, tendríamos 6 colores distintos a partir de los cuales empezamos a trabajar la gama cromática para llevar a cabo el siguiente paso que sería la elección de materiales tanto para la construcción como para la elección de mobiliario y otros elementos de decoración.

Con esto ya acabo por hoy… gracias por leer hasta el final.

¡¡¡Feliz día amiguitos!!!



1 comentario:

  1. Hola! ¡Mil gracias por tus palabras y tu felicitación! La verdad es que para nosotras es muy importante ver que el proyecto se entiende y gusta. A ver si dentro de poco os enseñamos el resualtado final!!!! Y ya nos contarás más de este proyecto que nos quedamos con las ganas.

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